lunes, 18 de mayo de 2015

Valladolid, lo que el votante no ve

A lo largo de dos décadas la ciudad ha experimentado una transformación digna de ser contemplada, ha renovado su aspecto y fisonomía, ha recuperado el esplendor perdido a lo largo del siglo XX, y todo ello bajo el mandato del actual alcalde, pero… ¿acaso es oro todo lo que reluce? ¿No existen aspectos negativos que debamos tener en cuenta?
El votante vallisoletano a la hora de elegir su papeleta mayormente recurre a lo retenido en una memoria visual, vaga por excelencia y sin crítica alguna. Padece, casi premeditadamente, desmemoria, desinterés y desinformación. Simplemente hace un breve repaso al cambio superficial de calles, plazas y parques; sirviéndose en su mayoría de su buen estado como justificación para el voto de la reelección, rara vez se para a pensar en la legislatura que acaba, puesto que la trayectoria es extensa, cuanto menos, y no hay porque desmerecerla. Profundizar en otras cuestiones, ya es otro tema, se tratarán como hechos aislados y si acaso provocarán una leve sonrisa, pero ningún motivo para cambiar el voto.

Si bien el votante, sólo quiere recordar lo bueno, lo que queda a la vista, lo evidente, vamos a hablar de lo que no lo es tanto, de un saco de cuestiones que reunidas ponen en tela de juicio la idoneidad del voto repetitivo, de la poltrona y los años de prosperidad.
¿Se acuerdan ustedes de cómo empezó la aventura? “Voy a limpiar Valladolid de putas, piojos y pulgas”, la primera en la frente; toda una declaración de intenciones para el inicio de una alcaldía que dura ya veinte años. No sabemos si realmente dio por concluida su operación, pero si realmente tienen curiosidad, sigan leyendo.

Tras la reforma del parque y playa fluvial de las Moreras, (lugar en que mucho tiempo atrás se localizaban los carruseles en ferias, antes de pasar a La Rubia y después al Real de la Feria) la fiesta de San Juan, tradicionalmente celebrada en este lugar, fue trasladada al recinto junto al estadio, pero la noche del 23 de junio de 2000 las vallas y la policía, juntos a aquellos que se atrevieron a acudir a orillas del Pisuerga, desembocaron en una batalla campal que llevo a la ciudad a las cabeceras de los informativos nacionales, 41 heridos y 4 detenidos. Él no dudo en comparar a los vecinos con los grupos violentos vascos. En 2007, año electoral y en plena campaña, el alcalde anuncia la vuelta de la hoguera y fiesta del ayuntamiento a la Playa de las Moreras, dónde desde entonces se desarrolla con total normalidad, tardo 7 años en recapacitar, y lo hizo ante unos comicios, quizá con la intención de cerrar las heridas que él mismo abrió.

En pajarillos tardo la friolera de 10 años (entre 2003 y 2013) en erradicar, o al menos, eliminar gran parte del mercado de la droga. Desatendiendo a los vecinos, negando lo evidente, y provocando la división social.

Vayamos a los tiempos de la burbuja inmobiliaria, que aquí, también hubo, previa venta del humo derivado de una operación clave, el soterramiento, del que hablaremos en otra publicación. Pero sí, ese hecho ha generado la especulación en la venta y revalorización de suelo por proximidad o cercanía a terrenos ferroviarios, ha paralizado proyectos (como el túnel de Pilarica) e interrumpido comunicaciones (como el paso a nivel de Pilarica, el de la Esperanza). Y además un mar de grúas, que levantaron Villa de Prado a precio de oro, Pinar de Jalón con el eslogan del “nuevo centro de Valladolid”, o Los Santos Pilarica el barrio asequible… Pasen y vean, ¿cuánta población marginal habita Villa de Prado?, no se muevan, se lo cuento, la misma que Parquesol, cero. Eso por no hablar de las negadas viviendas a familiares del PP en este lugar, y que años después salieron a la luz en Equipo de Investigación. ¿Dónde está Pinar de Jalón? Allá, en la nada, sin barriadas adosadas, tan sólo solares de promesas y constructoras interesadas en especular con la práctica de la mancha de aceite… si construyo allá, lo de acá valdrá más, conclusión del constructor: me forrare. Los Santos Pilarica, otro barrio a medio gas. Todos ellos y muchos otros fueron promovidos por el ayuntamiento mediante Planes Parciales, ocupando terrenos, cobrando licencias cuyo dinero se invertía anualmente en el arreglo de más de medio centenar de calles, y en otros muchos menesteres, edificios que se alzaron a bombo y platillo, y nos vendieron como la panacea del progreso, sin hablarnos del coste de su mantenimiento. Aquí radica el principal problema, llega la crisis, cae el ladrillo, caen esos impuestos y también las obras. Pero no sólo eso, además, mientras se construían viviendas en terrenos encarecidos, a precios que no correspondían, los jóvenes de Valladolid acudían a los municipios del alfoz en busca de precios asequibles. Esto se ha traducido, en urbanismo disperso y despoblación (de 338.000 en 1991 a los 306.000 de 2015). Pero incluso a aquellos pocos que habitaron los nuevos barrios se les negó el servicio de transporte público, por ser poco rentable ir lejos y traer pocos pasajeros, de unos barrios que, como ya hemos dicho, el propio consistorio promovió…
¿es esta la gran gestión de Francisco Javier León De La Riva?

Unos constructores te pagan una vez, construyen y si no se vende, se van, y no te vuelven a pagar, por el contrario los vecinos perdidos tributan año tras año, permitiendo no sólo que los servicios se mantengan sino que aumente su calidad. Pero, a pesar del Plan General de Ordenación Urbana, no se ha sabido optar por la colmatación de la ingente cantidad de solares dispersos por la ciudad, se ha optado por la expansión. Además, se han cubierto y sobrepasado las necesidades de vivienda, esa moneda de cambio para la financiación del soterramiento.

Y es que todo resulta predecible, como pintar los túneles peatonales de cara a unos comicios, no subir el precio del autobús en todas sus modalidades en año electoral, gasta más en este periodo, y desde que está prohibido sacar adelante obras atrasadas con el milagroso remanente. Así como financiar de forma desvergonzada sus aficiones, toros y baloncesto, el club deportivo lo excuso poniendo de parapeto las inversiones derivadas al fútbol. Fútbol, al que se aferró para dar luz verde, en mayo 2007, a la trama sobre la construcción o no del Valladolid Arena, aprobándose licencias luego anuladas. Y qué decir de los toros, en los que en 2013 invirtió (sólo en la feria de San Pedro) 180.000€, y para cuya justificación se basó en la asistencia al coso de Zorrilla en comparación con el deporte, siendo que este pertenece a manos privadas, y se llena para ver a toreros con entradas que no cubren sus honorarios. Por cierto para que se hagan una idea el Real Valladolid recibe 90.000€ del ayuntamiento al año, y genera en la ciudad más de cinco millones en pernoctaciones de aficionados militando en primera, además del impacto mediático que no genera el mundo de los toros.
No contento con ello, gasto dinero público, 465.000€, en un museo dedicado al toro, abierto en 2007, y que presume de ser el menos visitado (menos de 10 personas/día). Su última aportación fue la declaración de Valladolid como ciudad taurina en 2010.
En materia festiva, llevó a cabo recortes y cambios en 2013, un día menos y pregón mañanero, debido a la crisis, después de 4 años desde su inicio, pero casualmente si hubo presupuesto para volver a los diez días en las últimas fiestas antes de la cita electoral.
En su afán por proporcionar a Valladolid aparcamientos públicos, construyó, fuera de lo acordado, los parking de Zorrilla, Plaza de España, Isabel La Católica y Portugalete; sepa el lector que en este tema el PGOU de Valladolid planteó los mismos fuera de la zona centro, siendo el más criticado (Plaza del Milenio) el único válido de acuerdo con la normativa urbanística.

Dura fue también la batalla con Arroyo de la Encomienda, municipio al que con una pésima gestión dio alas, y que se llevó el gato al agua con el asunto Ikea, después llegaron las críticas al comercio desmesurado por la apertura de Río Shopping, y contribuyo al deterioro del comercio local con la solicitud, a la par, de la declaración de Zona de Gran Afluencia Turística, para la liberalización de horarios; su última pieza en esta materia, dar luz verde a una desmesurada ampliación de Vallsur, poniendo en duda la supervivencia del comercio de barrio con sus propias acciones, tras criticar las ajenas.

En los últimos días, y con la prohibición de inaugurar en periodo electoral, lo hemos visto con Rafael Catalá (Ministro de Justicia) anunciando el inicio de las obras de los nuevos juzgados, así como presentando la construcción de un túnel bajo la vía reclamado en múltiples ocasiones, y desechado con la urbanización de Los Santos-Pilarica, a la vez que contaba en primicia algo que ya sabía con anterioridad y que prefirió callar, el cierre del paso a nivel, ambos temas vía Ana Pastor (Ministra de Fomento).


Ahora, si es que han llegado hasta el final, ¿creen que merece estar entre los 5 alcaldes con mayor sueldo? ¿Creen que merece seguir al frente del ayuntamiento? Estos son los datos, suyas son las conclusiones.


Jesús M.R.

Valladolid 18 de mayo de 2015


En las próximas publicaciones salen dos temas de aquí: soterramiento y Auvasa. 
Más adelante podrían llegar otros.

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