Queda un instante para alzar la voz, el último, antes de la
verdadera reflexión, y en paso intermedio en que los focos están a punto de
apagarse, las promesas a punto de acabar, y el alboroto a punto de tornar a
silencio.
Exactamente, desde un mes antes de la cita electoral
comenzaron a transformarse en artículos un cúmulo de sensaciones y vivencias.
Reunir todas ellas no ha sido fácil, puesto que se ha utilizado más memoria que
hemeroteca. Y, a pesar de la preparación, todo salió con prisas y a última hora
debido a la falta de tiempo. Por supuesto, lo reconozco, las historias están
incompletas, pero los reclamos no han quedado vacíos. Multitud de referencias,
de pinceladas, de detalles que han sido plasmados para la información del
lector y resumen lo que no está.
Pero había más, mucho más, gran cantidad de cosas por contar
y temas por tratar más extensamente. Analizar detallada y detenidamente cada
uno de ellos era la intención previa, pero aún así, el trabajo cuya intención
era abrir los ojos del lector, ciudadano, votante, si que ha sido posible.
Una lectura obligada, no sólo de los últimos cuatro años,
sino de dos décadas en que no todo fue tal y como nos lo contaron, o al menos,
como pretendieron contarlo. Muy crítico con el actual edil, sí, porque creer (y
no ser el único) que no merece más alagos, lo hecho, hecho esta. Nadie le va a
quitar el mérito de haber transformado físicamente Valladolid, pero era
necesario hacer ver al elector que él ya ha agotado su mecánica, sus ideas, y
necesita dar paso a nuevas generaciones. Lo necesita él, lo necesita el
ayuntamiento, lo necesita la ciudad, y por tanto, todos nosotros.
El resto de partidos y candidatos, algunos también, actuales
concejales, quizá debieron ser objeto de análisis previo por su trabajo en la
oposición, de la que sólo os diré que fue la mejor de las últimas legislaturas.
Sin embargo ellos también tendrán sus aspectos negativos, pero nadie me puede
negar, que al lado de 20 años de gobierno municipal, estos, se quedan escasos.
Del próximo 24 de mayo espero la llegada de viento fresco al
consistorio, un alcalde, si es que llega nuevo, que sepa llevar a cabo la parte
positiva del actual y además aportar, como novedad, el gobernar para todos,
¡ojo! nada de "para la mayoría", para todos y cada uno de los ciudadanos, porque
para ganar o gobernar, harán falta unos 80.000 votos, pero para ser un buen
alcalde, hay que gobernar para más de 300.000, para todos y cada uno, si
discriminación vengativa. Esta ciudad no merece perder más tiempo dando pasos
atrás.
Un ayuntamiento tan variado como el que se avecina tiene la
ventaja de contar con la representación de mayor diversidad de ideas,
colectivos y vecinos. De ser ese ayuntamiento gobernado desde el despacho de la
primera planta de nuestra Casa Consistorial, pero, con los pies a la altura de la
calle.
A partir de este instante, espero que cada uno consulte el
programa de cada partido y elija aquellas propuestas que más encajan con su
forma de pensar, con su forma de entender cuál es el rumbo que esta ciudad debe
tomar a partir de este domingo 24 de mayo.
Las urnas nos están esperando.
Muchas gracias, fue un placer. Nos vemos pronto, ya saben
Desde Este lado de la vía.
Jesús M.R.
Valladolid 22 de mayo de 2015
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