jueves, 20 de marzo de 2014

¿Dónde están mis amigos?

Cuando éramos pequeños nos dijeron que para llegar a ser felices en esta vida deberíamos esforzarnos en estudiar la carrera de aquello que más nos gustase.
Tras años de preparación, de estudios, de noches en vela y de sufrimientos, llego la recompensa, el taladro en la pared que más ilusión ha despertado en nosotros... aquel en el cual sobre una alcayata colgaremos el cuadro de nuestra titulación. Ya sea un reconocimiento por un grado medio, uno superior, o un título universitario.

Nuestra vida debería entrar en la siguiente etapa, el mundo laboral, aquel que se nos presentaba como un mundo de oportunidades en el que poder realizarnos y a través del cual conseguiríamos el medio para la subsistencia, ese mismo que hoy pinta un oscuro y tenebroso paisaje. Estamos ante una época en la que ni existe el trabajo, ni se le espera...

Ante tal desaliento sólo tenemos dos alternativas, recurrir al trabajo y la perseverancia para intentar levantar esto o huir. A  priori la opción más laboriosa es la propia permanencia en el lugar, puesto que el contexto social donde se desarrolla la cuestión es desalentador y no invita al optimismo, deberá transcurrir mucho tiempo y requerirá un gran esfuerzo sacar esto adelante. La más sencilla en su inicio, huir... Sencilla porque montarse en autobús, un tren, o un avión es fácil, lo complicado es una vez hallado el destino y encontrado el trabajo poder adaptarse en plena soledad, lejos de aquellos a los que queremos.

Aún sin saber cuál será el camino de cada uno, estoy seguro de que dentro de unos años me preguntaré dónde están mis amigos, aquellos que hoy viven a tan sólo unos minutos y que quizá no dentro de mucho tiempo tengan que hacer las maletas para asentarse a unos miles de kilómetros, pero lo peor de todo es que no seré el único, las generaciones anteriores y posteriores a la mía están y estarán en la misma situación y más lamentable aún es la posibilidad de que éste sea el patrón a seguir por quienes aún no han iniciado el curso de sus titulaciones.

Es muy probable que ese cuadro quede colgado en solitario en el hogar del lugar que nos vio nacer y crecer, el mismo que algún día, presentes o en la distancia, veremos resurgir. Eso sí, siempre conservaremos la esperanza de algún día poder volver.

Y es que mis amigos y yo nacimos en el momento equivocado y en el lugar impreciso.

Jesús M.R.

20 de marzo de 2013

Taller de escritura creativa, con Luisa Cuerda Nuñez, a partir de los temas de la canción "Marta, Sebas, Guille y los demás" de Amaral 

miércoles, 12 de marzo de 2014

A Valladolid, mi ciudad …Miguel Delibes

Doce de marzo de dos mil diez, primera hora de la mañana

A Valladolid, mi ciudad…

Condenada, cual hereje camina solo hacia su cruel destino, desamparada, pues ambos han visto como su padre se dirige por el camino, al encuentro con la señora de rojo sobre fondo gris

Pobres de aquellos, los santos inocentes, y de Carmen, que lloro cinco horas con Mario de cuerpo presente, de aquellos de Castilla, lo castellano, los castellanos, que vieron como el Nobel de las Letras nunca hizo intención de recalar por estas tierras, y dejo al maestro como El príncipe, destronado

Aún es invierno, la sombra del ciprés es alargada, pero deja pasar un tímido rayo de luz que ilumina el Panteón de los Hombres Ilustres…

Nunca temida la muerte, llego el descanso, como aquel producido al pasear por el parque de mi ciudad, su Campo Grande, desde el que no dentro de mucho, volverá a observar como Castilla habla, de todos los rincones que dejo sembrados este habitante del mundo de las letras desde que la silla “e” quedase deshabitada, lugares para recordar, el otro futbol, viejas historias de Castilla la Vieja, el mejor guión de la Seminci, un campus universitario, un centro cultural y hasta una gran biblioteca…


Muerte del escritor, no de sus novelas, que sin recompensa, siguen siendo leídas, continúa la historia que llega a su fin, por calles angostas, como la ruta a seguir por Cipriano Salcedo, y sus acompañantes literarios, quizá este Hereje fue un reclamo, de la lucha consigo mismo y el mundo en que le toco vivir, trabajo mucho por sacar adelante grandes historias, después premiadas, desde el Norte de Castilla, a la Real Academia, nunca olvidó sus orígenes presentes entre sus temas, así como la caza, el campo y Castilla, siempre Castilla…

Pero por encima de todo eso, estaba la ciudad del Pisuerga, la que le vio nacer en 1920, y su equipo de futbol, el Real Valladolid, tantas tardes en el viejo y nuevo estadio, que le llevaron a confesar que fue hincha antes que aficionado…y fue en ese feudo, donde recibió uno de sus últimos homenajes…



Nunca se olvido de quien fue, de quien era, de quién quería ser después, es decir ahora…”yo no quiero ser recordado como una persona buena, sino que intento hacer las cosas bien, sólo quiero que la gente sepa que merece la pena la vida, pasar un rato en ella” y así hasta que finalizo con su gran obra en la que hizo un pequeño gran resumen dedicado especialmente a lo que más quería, y que en su inicio reflejo así…

A Valladolid, mi ciudad…


Jesús M.R., a la memoria del escritor, del paisano, del vecino Miguel Delibes


En Valladolid a 12 de marzo de 2011

martes, 11 de marzo de 2014

11-M, una década después

Supongo que hoy todos queremos contar que paso aquel 11 de marzo de 2004 bajo ese punto de vista que aporta nuestra experiencia personal para una fecha tan señalada…

Recuerdo un reportaje de televisión del año 2002 en que Pilar López de Ayala contaba en una entrevista, que en medio del rodaje de “Juana La Loca” les interrumpieron y les dijeron lo que había sucedido en Nueva York “dijimos: ¡es imposible! ¡el mundo se ha vuelto loco!” y prosiguió “nos quedamos sorprendidos, porque te pones a pensar y yo lo tengo muy presente, imagínate cuando pasen los años y nos pregunten ¿Qué hacías?
¿Dónde estabas cuando sucedieron los atentados del 11-S?”

Dos años y medio después nos levantamos, y nuestro mundo se había dado la vuelta bruscamente, alguien lo había puesto boca abajo de repente, y sin venir a cuento, el terrorismo se coló en las vidas de todos nosotros, nos zarandeó y nos dejo a merced de las decisiones políticas… pero hoy no es día para mencionar a nadie que no lo merezca, han pasado 10 largos años de nuestra historia, toda una década desde aquel instante en que el tiempo se detuvo, en que nuestra pregunta fue ¿y ahora qué?

…cabe recordar que llevábamos años y años levantándonos y viendo, muchos afortunadamente por televisión y lejos del lugar, atentados por todo el país… pero aquello fue diferente…
…tan sólo 4 días antes, murió tiroteado mientras realizaba su trabajo Ricardo Ortega en Puerto Príncipe (Haití), el reportero de Antena 3 que nos conto junto a Matías Prats en directo el minuto a minuto desde que el primer avión impactó en el World Trade Center, medio lustro atrás. El mundo del periodismo, conmocionado, pidió desde diferentes televisiones, incluida la gran rival Telecinco, que todos los reporteros en lugares con conflicto armado volviesen a España, después de lo ocurrido con José Couso y Ricardo.

…un jueves, a pocos días de la primavera, poco antes de las ocho de la mañana, los informativos matinales de radio y televisión dieron los primeros datos vía telefónica “al parecer, un artefacto ha explotado en un tren en la estación de Atocha en Madrid… no se sabe aún el porqué… sale humo de un tren de cercanías, la gente ha salido corriendo”.
Apenas habíamos despertado y así comenzaba la pesadilla. A medida que pasaban las horas, las cifras aumentaban y dejó de brillar el sol, la esperanza viajaba de hospital en hospital, y de tele en tele la noticia daba la vuelta al mundo. La triste realidad ocupaba periódicos digitales, mientras esperaba ser impresa en papel, para dar lugar a portadas, páginas e imágenes que marcaron un antes y un después. Se podría decir que nos levantamos la mañana de un jueves más, pero ya nada volvió a ser lo mismo...

Al día siguiente, con el cielo nublado, la gente deambulaba perdida en su rutina diaria, con la vista puesta en las impactantes fotos que en primera página presidian en hilera los quioscos, con la mirada perdida más allá de los cristales por los que resbalaban las primeras gotas de lluvia, o sobre las ventanas cuyo interior se cubría con grandes crespones negros impresos sobre folios, …
Ya por la tarde decenas de manifestaciones y millones de manifestantes invadieron las calles de ciudades y municipios, y Valladolid no fue una excepción, sino un fiel espejo de lo que ocurría en el resto del país, con o sin paraguas, a paso lento, en silencio o sin mayor sonido que el de los aplausos, la cabecera saldría de la Plaza San Pablo por ser una de las mayores del centro, http://www.valladolidantiguo.es/12-de-marzo-de-2004/

pasando por Angustias hasta el Calderón y después subir a la Universidad, ahí entre yo, una llamada me avisó de la imposibilidad de acudir al punto de partida, la zona estaba abarrotada, y el ritmo se fue ralentizando conforme pasaba por diferentes lugares (López Gómez, Plaza España, Duque de la Victoria, Ferrari), no recuerdo la cifra, aunque eso es lo de menos, pero una idea se puede hacer el lector si cuento que no pude entrar en la Plaza Mayor y viví los últimos minutos de aquella tarde en los aledaños…























Casi cuatro meses después la vida me llevó a conocer El Pozo y a los pocos días Atocha, lugares en que los altares improvisados dieron paso a unas pantallas en las que ciudadanos anónimos dejaron su mensaje, al igual que lo hice yo en esta última: “desde Valladolid, ánimo a esas familias”. 

Consideré, al igual que lo sigo haciendo, que ellas son las únicas afectadas, las que perdieron a alguna de esas 192 personas, así como los heridos. El resto somos sólo testigos del terror y nuestro posible dolor, al recordar, se queda en nada al lado del suyo.

Dolor que vimos reflejado en la declaración, en diciembre de ese mismo año, de Pilar Manjón, en representación de todos los afectados y del que os dejo unas líneas:
“192 fallecidos, 1.500 heridos. Una simple cifra para muchos de ustedes. Todo un mundo para nosotros. Espero que entiendan lo que significa levantarse cada día con una pérdida vital. Necesitamos el aliento de ellos, de los afectados, para caminar y estar en la puerta de este Congreso, o aquí ante ustedes. Porque ustedes, señorías, en esta comisión han discutido sobre quién habló, de qué y cuándo se informó. Han hablado de circunstancias, de manejos, de manipulaciones, de desinformaciones, de confidentes,  de desconfianzas. Han hablado de circunloquios y periferias. Han hablado, señorías, de ustedes. Esencialmente de ustedes. Nosotros, nuestros familiares, no han estado en esta casa, que se supone es la de todos, por eso queremos hacerles presentes hoy, hoy por primera vez se hacen un hueco, mal que les pese a algunos de ustedes, de ustedes que preferirían seguir utilizando  a las víctimas como arma arrojadiza y argumento para el desprestigio ajeno, hoy hablaremos en nombre de personas de carne y hueso.”

Nosotros tenemos presentes estas palabras y estos hechos mientras que las generaciones posteriores a la fecha que hoy recordamos e incluso aquellos que, por su corta edad, ni siquiera fueron conscientes de ello han crecido en una sociedad marcada por un pasado que, afortunadamente, gran parte de ellos no vivieron, y que para nosotros fue un eterno presente…

Algún día acudirán a nosotros y nos preguntarán qué ocurrió en aquellos atentados, pero sobre todo, lo que nos dejará completamente helados será ese instante en que nos pregunten ¿Qué hacías? 
¿Dónde estabas cuando sucedieron los atentados del 11-M?
  


Jesús M.R., a la memoria de las víctimas del terrorismo






miércoles, 5 de marzo de 2014

40 años bajo el túnel de Circular (1973-2013)

Amanece, día de trabajo, arrancamos el coche y allá vamos, al otro lado de la vía, línea a sortear bajo el túnel, en nuestro caso, San Isidro, más conocido como el de Circular.


En la zona más próxima a la plaza los operarios de mantenimiento preparan la barandilla para un lavado de cara: decapante para borrar la huella del paso del tiempo, capa antioxidante y una última de pintura, que esta vez es marrón…

Y para marrón en el que andamos metidos, la crisis, un lustro después esto no parece tener solución o salida como si la tuvo la de 1973, año que a este lugar vio nacer también con un color coincidente con su época, el gris…

Infraestructura que allá por los años Cuarenta se proyectaba como un paso elevado sobre las vías que partiría desde el mismísimo centro de la propia plaza, finalmente la idea se desecho en dos sentidos: ni puente (sería un túnel), ni obra (no se consideraba prioritaria); así vio acabar la posguerra y casi la totalidad de la dictadura guardado en un cajón.

No fue hasta 1966 cuando del estudio de la Red arterial surge por primera vez el planteamiento de “traslado del tendido ferroviario mediante una variante” y con el Plan de 1969 se llego a pensar en hacerse efectivo pero la idea no cuajo, se opto por continuar creando infraestructuras alternativas y desde entonces denominadas soluciones provisionales. Así se replanteo la necesidad de construir tres pasos inferiores para peatones y vehículos sobre el trazado ferroviario a finales de aquellos 60, y es que el crecimiento de las ciudades y su ajetreo buscaba de unas innovadoras formas de paso ininterrumpido nada habituales por entonces, el paso a nivel de la calle Cistérniga estaba obsoleto, y el precipitado crecimiento quería dar a la trama urbana una continuidad inexistente en materia de tráfico rodado. No tuvieron tantas trabas túneles como el de Labradores (año 1953) o el primero de Vadillos (año 1958) que sin rampas y con 3 metros de anchura se dispuso para peatones a un coste mínimo, pero el aumento del parque automovilístico llevo a su uso como paso estrecho para vehículos hasta la construcción del actual de Casasola en los años 80. En diciembre de 1972 Renfe se intereso por la proyección de nuevos pasos inferiores que se encontraban paralizados por el nuevo trazado de calles paralelas a las vías.

Un 3 de agosto de 1973, hace más de 40 años, abrió al tráfico el Túnel de Circular, en medio de la crisis del petróleo, al calor del verano y en una ciudad en plena ebullición, así comenzó su historia que es a su vez parte de nuestra historia…

Historia que nos lleva sobre ruedas desde el comienzo de este relato sobre la vida de esta infraestructura que bien se puede contar a través de las miles y miles de personas que lo han atravesado, porque por aquí pasan una media de veinte mil vehículos al día, más de 290 millones de vehículos han rodado por alguno de sus cuatro carriles en este tiempo, …con más o menos pasajeros y estos con millones de sentimientos, emociones, ideas, intenciones, deseos… pensamientos al fin y al cabo que no han parado de viajar a uno y otro lado de los caminos de hierro, bajo el túnel de Circular

Mástil de pancartas, pista de patinaje sobre la escarcha, refugio del granizo, recogedero de las hojas de otoño, balsa del agua de las tormentas, o pista de esquí tras las nevadas…


A lo largo de estos cuarenta años ha sido eso y mucho más,

…pero sobre todo transportador de sueños, los de aquellos primeros que pensaron en el desvío del trazado ferroviario y sucumbieron ante la solución provisional, los de aquellos que entonces quisieron cruzar las vías sin tener que esperar frente a una barrera, los de aquellos que a día de hoy esperamos un lejano soterramiento de las vías del tren al que este túnel está dispuesto a sobrevivir…

 Jesús M.R.

25 de noviembre de 2013