sábado, 13 de diciembre de 2014

El techo intocable de Valladolid

Hoy, el número de la niña bonita, nos lleva en años atrás, a una fecha señalada con otro número, que siempre estuvo asociado a la mala suerte, ...la que enmendó el protagonista de esta historia, al dejar atrás tiempos de desaliento…

Hace 15 años, tal día como hoy, un 13 de diciembre de 1999, el titular indiscutible, en la portada del decano de la prensa diaria española, no iba a ser otro, “El Duque de Lerma se inaugura 30 años después del inicio de su edificación”. Compartía hoja primera con el bautizo de un nieto real de padres de manos más o menos largas, un asesinato en Zamora, la victoria del todavía Fórum, y un empate del Real Valladolid.
Aquel lunes, tras 2 años cubierto por los andamiajes, y otras tres décadas de abandono, el que debería haber sido un hotel de lujo en la Valladolid de los años setenta, quedaba inaugurado para el uso residencial en su amplia mayoría. Sus números, además de los ya mencionados, nos hablan de 23 plantas, 120 viviendas, 2000 metros cuadrados de vestíbulo, 5 ascensores (2 de ellos con vistas al Pisuerga) y lo más importante en todo edificio de este tipo, sus 88 metros de altura, casi los mismos que el edificio Flatiron de Nueva York entre la Quinta Avenida y Broadway, que le consolidaron como el más alto de Castilla y León durante 40 años, hasta la llegada de La Rosaleda con 119 metros en Ponferrada (año 2009).

Escenario variopinto durante toda su historia, de hotel de lujo, al abandono, refugio de maleantes, drogadictos, ocupas, pancarta de notorios reclamos sociales (OTAN, aborto), tanteado para ser sede del parlamento regional, convertido al uso residencial, y utilizado para proyecciones, películas, documentales… además de estar perfectamente ubicado en el eje de la Avenida de Burgos (norte), con la Avenida de Salamanca (sur), la Avenida de Gijón (oeste) y el Puente Mayor (este), que lo hacen visible al ciudadano, turista o viajero.

Hasta aquí un repaso sobre la vida de esta atalaya en medio de la meseta castellana, pero… ¿Cuál es el contexto del comienzo de este muestrario?
Se construye a finales de los 60, cuando ya han pasado varios años desde la apertura de la Residencia Sanitaria en el Barrio de la Rondilla (año 1953), que fue considerada como todo un rascacielos con sus once plantas, para una ciudad, que acaba de recibir a Renault y que aún no había echado a rodar en su industrialización más radical. Para entonces ya se habrán levantado entre otros la “Torre de Valladolid” (año 1964) o las 3 torres del complejo “Las Mercedes” (año 1964) a las que supera (50 y 70 metros). Nace pues, en medio del fuerte desarrollo industrial, sin Plan General de Ordenación Urbana, y en una época dorada para las construcciones verticales a orillas del Pisuerga, pero sin duda alguna, va a poner punto y final al afán de superación por rozar el cielo. Poco después llegarán el gran edificio (en volumen) Riosol, con 15 plantas (año 1972) y el Hospital Clínico (año 1978). El tiempo intermedio transcurrirá con construcciones a la baja, respecto a lo ya mencionado. Tan sólo cabe destacar la torre del Museo de la Ciencia (año 2004). Esta última, se crea con la pretensión de lograr un nuevo icono vertical en la ciudad, pero de reducidas dimensiones (45 metros), en medio de un contexto con un afán de protagonismo electoral del soterramiento que no podemos olvidar, con más de una decena de proyectos, con propuestas para levantar rascacielos, uno o varios, de hasta 40 pisos en torno a la nueva gran plaza, e incluso algunas tan atrevidas que planteaban más de una decena de ellos perfectamente alineados. Toda una cortina de humo, a sabiendas de lo dictado desde 1984 por el Plan General de Ordenación Urbana.
Aun así, es precisamente la intervención ferroviaria, la única capaz de atreverse a romper el techo intocable de Valladolid con una torre de 32 plantas, en la actual Estación Gourmet, y otra de 29 sobre los terrenos del Bus Stop; por el momento se trata de la última propuesta sobre un plan con un futuro tan lejano como costoso. Para otras ciudades queda esa lucha por ver quien llega más alto moldeando hormigón, acero y vidrio. Incluso aquellas, como Sevilla, que estuvo años sin rascacielos para que ninguna construcción le hiciese sombra a la Giralda, se encuentra a pocos meses para la culminación de la Torre Cajasol.

A punto de finalizar, volvamos a casa, tenemos varias preguntas pendientes, como ¿Por qué nadie se lanzó a construir más rascacielos a finales de aquellos 70? ¿Por qué el PGOU no los contempla? ¿Porque nadie los ha promovido en todo este tiempo? ...si hay algo que llama la atención, independientemente de la crisis económica actual, es la travesía por el desierto, desde el abandono de las obras del Edificio Duque de Lerma, que en pocos años cumplirá medio siglo , y que nos lleva a estas dos últimas preguntas en busca de la verdad…
¿Qué paso entonces? ¿Quién convirtió este edificio en el techo intocable de Valladolid?

Jesús M.R.

Valladolid 12+1 de diciembre de 2014

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